Jornada de Debate sobre la Reforma del Plan de Estudios



Seria esencial que los estudiantes nos hagamos cargo de la responsabilidad que nos toca en la construcción de la Carrera que queremos, ya que somos nosotros los que cada día experimentamos las virtudes y falencias del plan vigente. Ese un debate que nos involucra a todos, donde todos tenemos el derecho y el deber de participar, ya que su resultado cristalizará qué Carrera queremos. Para facilitar este proceso y fomentar la participación decidimos abrir un espacio de debate y reflexión en torno a la Reforma, el Foro Estudiantil de Trabajo Social.
Si bien, el disparador fue el relanzamiento de la Reforma del Plan de estudios, deseamos aprovechar este espacio para el desarrollo de propuestas en relación a la mejora de nuestra carrera y las necesidades que tenemos como estudiantes. Te proponemos construir de forma colectiva y organizada propuestas concretas para mejorar nuestra carrera.

El rol del Trabajador Social en la realidad nacional actual
Desde el momento en que decidimos comenzar la carrera y meternos en el terreno del Trabajo Social, recurrentemente nos surgen cuestionamientos, dudas o incertidumbres, acerca del «rol que debe desempeñar el «trabajador social». Qué enfoque deben tener nuestras prácticas, cómo debemos hacerlo, a quién deben estar dirigidas y qué consecuencias pueden ocasionar en la vida de las personas.
Por otro lado, vemos el reflejo de aquellos «trabajadores sociales» que «ejercen» su función dando una imagen del «técnico profesional» (listos para hacer un diagnostico de laboratorio) o la de un mero registrador de datos en planillas. Frente a ello, los estudiantes en su mayoría de los casos vemos frustrados nuestras expectativas, ya que iniciamos la Carrera con la esperanza de obtener herramientas que nos permitan actuar y transformar la realidad de nuestro Pueblo.
En este gran dilema se encuentra hoy la intersubjetividad del trabajador social, dos polos opuestos entre los cuales será dirigido su accionar, por un lado ser agente activo del cambio social o legitimar con sus practicas al sistema de opresión establecido.
Si bien, no nos pensamos como únicos dueños del «que hacer» y «como hacer», consideramos que la transformación social, la construcción de poder popular y la liberación del pueblo, debe ser una construcción comunitaria, con el otro, junto al otro, y generando que el sujeto participe y se sienta agente de cambio de la situación en la cual interviene cotidianamente. Es por eso que cotidianamente. Es por eso que creemos que nuestra formación debe articular la teoría y la práctica, síntesis en la cual se amalgame el «saber de las aulas» con el «saber popular», aprendiendo de nuestras propias experiencias, produciendo teoría, investigando y realizando todas aquellas actividades que permitan una formación integral, que tengan como objetivo último: la transformación social
Hoy en día, tras los resabios que a su paso dejó el neoliberalismo, se nos impone el desafío de asumir nuestro trabajo con un firme compromiso ético y político desde una opción a favor de los intereses del Pueblo, valorando la Democracia y los Derechos Humanos, como único sistema capaz de asegurar la Participación Popular y la Justicia Social.

La relación teoría- práctica en Trabajo Social
Creemos que el «polo dialéctico» que debe reformularse con mayor énfasis es el de las prácticas de la carrera. En este espacio nos encontramos limitados para crear, elaborar, construir políticas alternativas. Así, las prácticas se constituyen en un espacio estructurado, en donde el pensamiento crítico y modos de intervención emancipadores parecen no tener lugar. En muchos casos, caemos en lo esquemático, sin poder contribuir mediante un compromiso real y aprender junto a los sectores populares.
En el plano de lo teórico, necesitamos fortalecer el abordaje sobre la construcción del sentido común, ya que es recurrente encontrarnos con explicaciones simplistas sobre las problemáticas de la vida cotidiana de las personas, y sus situaciones estructurales.
Apuntamos a un Trabajo Social con un formación teórico-metodológica e
instrumental, que a través de su accionar pueda aportar sus conocimientos para fortalecer la organización y la autonomía popular, desde cuya participación y desde cuya cultura, habrán de producirse transformaciones imprescindibles en pos de la construcción de una sociedad justa, solidaria, fraterna y libre.
Consideramos que en este sentido resulta imprescindible que el trabajador social pueda logra una articulación teórica-práctica en su intervención sobre la realidad social. Para lograr dicha articulación vemos como ineludible superar las posturas metodológicas que subordinan la teoría a la práctica y las posturas que pretenden que la práctica establezca una relación de dependencia con respecto a la teoría, es este el motivo por el cual la relación teoría-práctica debe ser entendida como una relación de circularidad y complementariedad, para adquirir una compresión totalizadora sobre la complejidad de las relaciones sociales. Esta compresión sobre la realidad social debe construirse partiendo desde la acción concreta sobre la realidad como menciona Kosic:
"La dialéctica de la actividad y de la pasividad en el conocimiento humano se manifiesta, ante todo, en el hecho de que el hombre para conocer las cosas como son en si mismas, debe transformarlas antes en cosas para si; para poder conocer las cosas como son independientemente de él, debe someterlas primero a su propia práctica; para poder comprobar cómo son cuando no está en contacto con ellas, debe primeramente estar en contacto con las cosas (…) El hombre sólo conoce la realidad en la medida en que crea la realidad humana y se comporta ante todo como ser práctico"
Creemos también en un Trabajo Social consciente en el que sólo a partir de la
ruptura de toda relación de opresión o dependencia podrán alcanzarse estos objetivos, lo que tiene que ver con el problema crucial del tratamiento político de la deuda externa, la construcción de un nuevo orden económico internacional y la superación de la marginación de los países del sur.

La intervención del trabajador social y sus implicancias políticas
Cuando asimilamos la realidad social como realidad política, vemos como esta se vuelve un espacio de acción y transformación, en donde como trabajadores sociales intervenimos y modificamos acorde a determinados intereses. Estos intereses son relaciones de poder que chocan, se contraponen, se disputan, y a su vez son las relaciones dentro de las cuales nosotros mismos intervenimos.
Es por eso que para comprender nuestro accionar en lo social, debemos tener en cuenta ésta tensión, realizando un análisis político de los procesos y configuraciones sociales, teniendo en claro que éstas son producto de esas disputas a nivel político, cultural e ideológico. Y si bien es a través de la práctica, donde se nos hace palpable esta puja de intereses; en lo teórico, también encontramos dicha tensión. Si el conocimiento es un dispositivo de poder, entonces este también se encuentra en disputa. Por tanto, como trabajadores sociales no podemos dejar a un lado la tarea de conceptualizar la realidad en la cual actuamos, dándole nuestra propia impronta ideológica y política, que además de contemplar la necesidad de obtener una visión más acabada de la realidad en que nos movemos e intervenimos, nos dé la posibilidad de modificarla, en función de los intereses de los sectores populares.
Aportes para incorporar al perfil planteado por el Documento sobre Líneas Directrices y reformulado oportunamente

Según Kosik, la dialéctica es el pensamiento crítico que permite develar la esencia de los fenómenos, si crítico y dialéctico se plantean como iguales o parecidos, la formación técnica-instrumental, teórica-metodológica y ética política debe tener una metodología dialéctica que permita problematizar y desnaturalizar lo dado o sea que se oponga al conservadurismo naturalizador de este orden social. Es decir, es necesaria una formación que posibilite una lectura crítica de la realidad que se traduzca en bases operativas que permitan una intervención crítica, la cual se gesta desde la formación académica a través de las PPP, las cuales posibilitan al estudiante y al docente una constante problematización de la intervención y su atravesamiento ideológico.
En función de esto, consideramos pertinente que el graduado en Trabajo Social desarrolle las siguentes competencias:
- Capacidad para profundizar en el análisis de la formulación de las políticas sociales en diferentes áreas, para participar en su elaboración y adecuar los diferentes programas a los niveles nacional, regional y local.
- Que aporte a la construcción de un Trabajo Social democrático, popular, que problematice y ponga en discusión los procesos políticos y sociales contemporáneos y sus consecuencias tanto a nivel local, como nacional, regional e internacional.
- Que aliente al fotalecimiento del abordaje sobre la construcción del sentido común, ya que es recurrente encontrarnos con explicaciones simplistas sobre las problemáticas de la vida cotidiana de las personas, y sus situaciones estructurales.

Aspectos que aún no se encuentran desarrollados en la Propuesta de Líneas Directrices.
Consideramos relevante que la Propuesta de reforma incorpore el planteo de un Trabajo Social Crítico, relacionado con la capacidad de responder a las demandas tradicionales por el mercado del trabajo e incorporar demandas potenciales gestadas históricamente. Esto implicaría un:
- Ejercicio profesional que profundice el compromiso con los movimientos
sociales, que facilite alternativas profesionales que los fortalezcan como
sujetos políticos colectivos.
- Participación ciudadana de los Trabajadores Sociales como sujetos críticos en la defensa de sus propios derechos.
- Fomento de la participación para que el estudiante se comprometa en la defensa de sus derechos.
- Coherencia entre el pensar, sentir, hacer.
- Romper con el conservadurismo, no quedarse con lo establecido, problematizar, desnaturalizar lo dado, primero como estudiante y luego como profesional.
- Ser democrático, favorecer la circulación de la palabra, la participación, luchar por lo que uno cree, por sus ideales, no dejarse corromper.
- Ejercer profesionalmente la autonomía relativa y la creatividad en la defensa de los derechos.
- Develar, desocultar los problemas sociales.
- Poder fundamentar la intervención profesional
- No perder la capacidad de indignación
Requiere de un Trabajador Social…
- Con sólida formación teórica-metodológica y ética política, que le permita
reconocerse como sujeto histórico y político.
- Un profesional que establezca una relación horizontal, no asistencialista y que
no genere dependencia trabajando con las personas.
- Que considere e integre a los sujetos como sujetos de derechos.
- Que trabaje interdisciplinariamente e intersectorialmente, que no sea un "Trabajador Social de escritorio", que conozca los problemas de la comunidad.
- Que promueva la defensa de los derechos tratando con respeto y dignidad a las personas con las cuales trabaja independientemente de su relación, diferencias o vinculación política con ellas.
- Que defienda las políticas publicas universales y entre ellas especialmente la
educación pública.
- Que pueda sobrepasar la demanda laboral que en este momento esta orientada
hacia una intervención fragmentada, rutinaria y burocratizada.
- Que logre tener una mirada integrada entre lo macro y lo micro
- Comprometido con la transformación social y los Derechos Humanos
- De Colegios profesionales que defiendan los derechos de los Trabajadores Sociales, evidenciando la urgencia de construir y consolidar un proyecto profesional cuyo principal objetivo debe ser la emancipación del hombre.
Sin dudas esto interpela en la formación profesional no solo en la necesidad de una densidad teórica crítica obligatoria para leer lo nuevo, sino una dimensión técnica instrumental que permita operar en la realidad con un sentido transformador. Esta es una de las dimensiones menos indagadas y en las que entendemos existen más "agujeros negros", necesitamos bucear en estos espacios y crear mediaciones que nos permitan intervenir críticamente, ya que no se trata de portar un discurso critico sino de materializar ese pensamiento en la acción en pos de una acción transformadora, teniendo como la brújula el real acceso y ejercicio a los Derechos Humanos.
También consideramos de suma importancia que las materias teóricas guarden una relación más estrecha con las prácticas pre-profesionales, por lo cual creemos conveniente que se tengan en cuenta, valoren y socialicen las producciones teóricas de los estudiantes en sus respectivos centros de práctica. De esta manera evitaríamos que su labor anual se vea archivada y se preste a tanto a debate como a análisis con docentes y otros compañeros de cursada.

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